El Cabrahigo se trata de una variedad (macho) de Ficus carica, la cual únicamente genera flores masculinas que poseen polen con el fin de polinizar las higueras (hembra) con flores femeninas y finalmente lograr fecundarlas, ya que de lo contrario la principal cosecha (de higos) no lograría desarrollarse y, en consecuencia, se caerían del árbol antes de haberse madurado.
Características del Cabrahigo
El Cabrahigo destaca por ser la clase más primitiva de siembra con flores estaminadas funcionales y flores cortas. Además, se caracteriza por producir tres generaciones de siconos anualmente, las cuales son:
Mamas
Por lo general crecen en las ramas del año previo, y cuenta con una forma redondeada, suelen soportar el invierno manteniéndose en las ramas y alcanzan la madurez cuando empieza la primavera. Dentro de ellos habita el insecto que se encarga de llevar a cabo la polinización.
Prohigos
Los cuales se encuentran ubicados en las axilas de aquellas hojas que crecieron recientemente; tienen una forma alargada y suelen madurar a comienzos del verano.
Destacan por ser los que más se usan durante la caprificación, es decir, durante la puesta de los higos con el insecto que se encuentra dentro de ellos atados a las ramas de las higueras femeninas para polinizar.
Mamonas
Por lo general crecen a lo largo del verano y se encuentran ubicadas alrededor de los extremos de las ramas anuales.
Generalmente los cabrahígos no suelen ser comestibles, aunque son sembrados debido a que en su interior habita una pequeña avispa, conocida como “Blastophaga psenes”, la cual resulta esencial no solo para la polinización, sino también para el cuajado de las frutas.
Los cabrahigos crecen junto a las higueras femeninas dentro de cultivos que van desde moderados hasta intensos; por lo general, prefieren estar a pleno sol y contar con un refugio que les permita protegerse del viento, además requieren de un suelo que aparte de ser arcilloso, se encuentre perfectamente drenado.
Cultivo del Cabrahigo
Turquía se caracteriza por el productor principal de higos a nivel global, generando alrededor de 260.508 toneladas solamente en el año en 2011 y aproximadamente dos tercios de su producción es originaria de la variedad conocida como “Sari Lop”, la cual consiste en la principal variedad a cultivar no solo para contar con una provisión de higo fresco, sino también de higos pasos.
Dicha variedad, al igual que muchas otras, destaca por ser tipo Smyrna, lo que significa que no es capaz de desarrollar una cosecha de higos si no cuenta con el polen generado por los cabrahigos.
La Higuera se trata de un árbol caducifolio, el cual es popularmente conocido a causa de sus frutos: los higos brevales.
Por lo general, se encuentra poco extendido como bonsái ya que tiene dificultades para ramificar su copa, además del hecho de que sus hojas suelen ser de gran tamaño. Cuenta con una corteza gris y lisa; hojas caducas y rugosas, normalmente palmadas y de un tono verde claro en su cara inferior y un color más oscuro en la superior.
La mayor parte de las higueras cultivadas cuentan únicamente con flores femeninas, por lo que para lograr su fecundación es preciso contar con la presencia de una higuera macho, llamada cabrahigo, la cual tiene tanto flores femeninas como masculinas, además de tener en su interior, como hemos mencionado, a un insecto himenóptero que crece dentro de los ovarios de las flores completas y al salir de la misma, se encuentra repleto de polen con el cual se encarga de fecundar las flores femeninas.
Debe estar a plena luz solar la mayor parte del tiempo y sin embargo, durante los periodos más calurosos debe evitar ser expuesto de forma prolongada a los rayos del sol. Requiere de sombra una vez que se lleve a cabo el trasplante, aunque es preciso que se mantenga bien iluminado para lograr recuperarse completamente del mismo.
Durante el invierno tiene que protegerse de las bajas temperatura y las fuertes heladas, aunque debe sentir el frío invernal para ser consciente del paso de las estaciones, lo que significa que debe perder las hojas a lo largo del invierno con el fin de que al llegar la primavera, pueda crecer y lograr que las yemas que se encuentran en reposo despierten.
Con la llegada del otoño se debe colocar en algún espacio fresco, de aproximadamente 5-8ºC, con el fin de que logre recuperarse de su descanso invernal.
Los invernaderos fríos situados en el exterior pueden ser una excelente solución, especialmente, para aquellas áreas donde se tienen inviernos mucho más rudos, teniendo en cuenta que debe ser colocado nuevamente en el exterior tan pronto como sea posible.
Al terminar la primavera tiene que sacarse al aire libre para que reciba todo el sol. No obstante, al ser cultivado en lugares que no presentan heladas, es posible mantenerlo al aire libre durante cada estación del año.
De igual modo, se debe tener presente que únicamente se debe regar cuando el substrato se encuentre ligeramente seco.
Tomando en cuenta que durante el verano requerirá de una mayor cantidad de agua. En caso de que se marchite debido a la falta de agua, lo más conveniente será regar colocándolo dentro de un cubo hasta lograr que la tierra se humedezca completamente, y posiblemente logrará recuperarse.
Al regar de manera controlada existe la posibilidad de disminuir el tamaño de las hojas, por lo que es preciso no comenzar a regar hasta que las mismas empiecen a decaer levemente.
El abonado debe comenzar a realizarse a partir del momento de la brotación y continuar haciéndolo hasta que el verano termine; es preciso regar cada 15 días usando abono líquido especialmente indicado para bonsái.
Por su parte y cuando se trata de la poda hay que ser consciente de que es necesario dejar que las ramas crezcan a lo largo de todo el periodo vegetativo, por lo que se comenzaran a cortar los brotes del año entre 2-3 hojas al terminar el verano, momento en que la rama ha conseguido tener entre 6-8 hojas.
De este modo es posible lograr que tanto las ramas como las hojas consigan madurar lo suficiente para que surja un nuevo brote de yemas y también de higos.
Sin embargo y cuando la distancia que existe entre las hojas es demasiado grande, lo mejor será pinzar antes, es decir cortar las puntas y no esperar hasta que el verano termine para evitar que la distancia que habrá entre las yemas sea muy grande, y cause el nacimiento de nueva ramificación.
Debido a que las hojas son alternas, será necesario tomar en cuenta la dirección en la que aparece la yema que brota desde la primera hoja que se encuentra en las ramas después de realizar la poda, de modo que siempre se lleve a cabo la poda sobre una hoja que posee una yema se encuentre direccionada hacia el exterior de la copa.
En el momento en que la herida se cure completamente y parte del trozo dejado después de la poda se seque, después de 2-3 meses habrá que eliminar el muñón usando una tenaza cóncava dejándolo al ras del tronco para luego sellar nuevamente con pasta. No obstante, existe la probabilidad de que la herida jamás logre cubrirse con la nueva corteza.
El artículo Cabrahigo ha sido originalmente publicado en Jardineria On.